La sala de oración hipóstila, uno de los puntos más destacados de la Mezquita de Córdoba, es un enorme espacio repleto de unas 1250 columnas. Algunas de las columnas ya estaban colocadas en el edificio gótico, mientras que otras fueron regaladas por gobernadores de provincias de toda Iberia, por lo que varían en altura y material.
En su mayoría, materiales como piedra, ladrillo, mármol y granito, de procedencia local o reutilizados de estructuras existentes, lo que refleja un enfoque sostenible de la construcción. El uso de suelos de mármol y granito añadía opulencia al espacio de oración, mientras que los mosaicos y esculturas de mármol se crearon para representar versículos del Corán.
El uso de columnas cortas con ladrillos, piedras u hormigón adicionales permitió alcanzar la altura deseada de la sala de oración sin necesidad de altas columnas monumentales.